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Mostrando entradas de septiembre, 2023

Yace en libertad

  Blanqueado tu vestido está. Descansa en mi mano bailarina.  Y tú, pequeña niña, resguardada dentro de mí ahora estás. Hermosa estatuilla, nunca más en la repisa permanecerás, yo te sostendré en tu fragilidad. Y la fuerza de la de rojo no desaparecerá, pues ella es testimonio siempre visible de mi bondad. Su insignia fue arrancada, yace ahora ella, en libertad. Una nueva criatura las contiene a todas, con ropas blancas la he vestido.  ¡Solas nunca más!

Mosaico

Tu me has permitido verme tal cual soy, un alma destrozada por el pecado, una mente fragmentada, un corazón acorazado y necesitado. Me has mostrado Señor la impiedad y mi maldad. Me has permitido a mis "demonios" nombrarlos y conocer mi incapacidad. En mi estado original, caída de la gracia, completamente en desgracia; Mente reprobada, alma atribulada, de injusticia desbordada. No estoy completa Señor, en pedazos me encuentro, has conmigo, alfarero tu obra perfecta. En Cristo conténme, restaurame. En Cristo hazme completa. Soy solo piezas dispersas de un rompecabezas sin marco.  Trozos, y un sinfín de pedazos. Has de mi Señor un hermoso mosaico en el vitral de tu gracia encuádrame. Házme parte de tu gran obra. Restaurame. De mis piezas rotas haz una sola obra. De muchos colores vibrantes, destellos brillantes. No quiero ser más estás mujeres rotas, cambiame las ropas.

La última hora

Cuándo el dolor ahoga y la incertidumbre aprisiona, cuando los peores temores se asoman y la mente se me trastorna, corro desesperada a Dios, mi padre sin palabras, ni entendimiento suficientes para clamar. El me escucha. El me entiende. Buscó en Él, alivio y consuelo para mi alma perturbada, turbada, trastornada. Rescátame! Murmullo en un lamento ahogado, gemido del alma.  Socórreme padre mío de mis angustias, de mis temores.  De mis oscuros pensamientos libérame Papá porque de mi misma tengo miedo. Librame Señor de este dolor que sale de adentro. Y cuando veo a los vástagos batallar en aguas turbulentas y profundas, negra marea que los arrastra, impotente y desconsolada me veo, y busco en mi Padre bueno esperanza. Ayúdalos también, porque yo alcanzarlos no puedo! Y es que a veces se ciñe sobre el linaje, sobre la herencia mantos grises, penumbra y tristezas.  Pero CRISTO, mi CRISTO en ti hay esperanza, alúmbranos por piedad, enciende tu luz en nuestras vidas, alumbra es...